domingo, 10 de noviembre de 2024

al mirar la ventana, una sola estrella
lloro desesperadamente
de alegría 
de "por fín, Fen, por fin puedes"

Una estrella
a la que ruego que ambas 
sigamos viéndonos
en torno a la noche
a la hora de poner
yodo en las heridas

No hay comentarios:

Publicar un comentario

el otoño tiene huesos

A mitad de la noche, con las costillas disparejas y abiertas, el saxofón parece derrapar sobre la ciudad, entre viejos maitenes. No hay calo...