Como los picaflores rodeando la cabeza de mi abuela
con su velocidad de cometa enano
se escurría la brisa entre los callejones
Esos caminos de orín y peluquerías y cuerpos tiesos
Todo tan rápido rápido así como crecen las parras al interior
con sol antiguo y pomposas nieblas al amanecer
Un lugar para el llanto
es un lugar indefinible cuando la que llora está entre dos vértices
de extremo a extremo
atada a su condición de humana incapaz
Los ríos y la turbiedad del agua sobre las rocas
con sus millones de bichos y musgos arropando la superficie
No tengo la razón
cuando digo este río es mi ancestro
Lo que tengo es no tener posesión
donde se cuecen las primeras raíces del pimiento
la primeriza sombra dando alojo a los vagabundos y pasteros
Y amo la sangre en los pies cuando uno se clava
el alambre de las pircas
y el vértigo de tirarse desde los neumáticos ardientes
que son como roscas gigantes repartidas por dionisio
Arriba sí arriba
está este cielo que es solo cielo en la retina
en los papiros de la infancia
Atrás más atrás
el pasto y la ciudad y el día quemándose
como una servilleta sagrada
Sexo el Río también es sexo y sudor en los corazones hipertensos
Vidrio Totora Matorrales
La trenza de agua que
noche tras noche
se desarma en boleros y crímenes sonámbulos