miércoles, 7 de septiembre de 2022

I / II


 I

 Decepcionada de mi misma, herida, gravemente herida en la capacidad de "seguir", "continuar", sí, en la capacidad de dar continuidad a mis ojos y a mis palabras y su embriaguez impasible. Antes me decía que debía forjar una coraza, una máscara tallada en una piedra más dura que el rencor. Hoy recojo los pedazos. Creía que era posible resistir doblemente contenida, avergonzada de mi voz cuando se rompe; aterrada de ser demasiado sola entre las multitudes. En todo o en cualquier caso, ya nada tiene sentido o contrasentido para mí, más que ciertos artificios del agua o el cosmos. 

Quizás sea la hora de  mover las ventanas a las puertas; saltar en vez de correr.

Es duro darse cuenta de los años, darse cuenta o dar cuenta de que todo ha sido en vano, que los relojes marcan las mismas horas. ¿Y las aves que vuelan miles de kilómetros para llegar al otro lado del río? Ni siquiera nuestro origen estelar puede darme otro sentido, ni siquiera la sedimentación extraterrestre que nos hizo cuerpo.  

 II

 Yo me hundo con mis peces púrpura, con mis peces de memoria que acompañan la falta de rumbo y de voces cálidas y de abrazos en medio de la nada. Los cerros, los alcoholes repartidos en las venas; los espejos revelando nada. Mañana serás lo mismo de otro mañana, en otro porvenir. El único vuelco es en escalas muy menores: una tarde encogida, una píldora, 20 aves cruzando la noche. Quizás todos piensan de mí que no puedo erigir la brújula; que no estoy dispuesta a calibrar mi cabeza; que no sé trazar un plan, menos comenzarlo. Y quizás están en lo cierto, quizás -he perdido el tiempo- -he perdido mi inteligencia- -he perdido mi generosidad-. Antes fui alguien más social, con temple social. Ahora, o desde hace muchos años, esto: una alimaña que suplica afecto a sombras y seres de nada. Si pudiera sacarme épocas, lanzarme al vórtice de los tiempos y desfigurar sus relojes.  Me queda poca hoja, pocas vueltas del reloj. 

Habrá que dar comienzo.


 Escribo cosas inútiles, negables para mí misma y no sé cuál es la diferencia entre la virtud y el defecto; la noción de lo verdaderamente p...