viernes, 20 de noviembre de 2020

Dónde va la paloma

 

"...la tierra lo está esperando, con su corazón abierto…." Violeta Parra.

 

Debajo de una bola de cemento, la paloma anidaba su muerte; entumida y quebrada. Una anónima paloma; como una flor que nadie quiso que creciera. Pisoteada por la pieza de concreto, se arrulló a sí misma y sostuvo sus ojos abiertos, como dos aceitunas marchitas y encogidas. Entonces, removimos el pedazo de urbe y recogí la paloma como una brasa pequeña. Había calor en su cuerpo; un calor huidizo y ligero.

Cuando sentí su cabeza apoyada sobre mis dedos, también sentí el apagón. La paloma se acurrucó boca arriba, cómo si hubiese caído en un espacio tibio y oscuro. La muerte sucedió entre los surcos de mis manos. Y me quebró.

Luego, decidimos enterrarla. ¿Y dónde se entierran los pájaros que no son pájaros ni aves? ¿Dónde se entierran sus piojos y sus alas de virulento tornasol? La animita es una plaza, un tierral; una pila de escombros que, a pleno sol, alberga eso que – dentro del capitaloceno – es improductivo; repugnantemente inservible.

Una vez que la paloma dejó la mensajería; se la mató con una bola de cemento.

mejillas

No soy suave

ni delicada

como el lomo 

de una gata faldera

Ni pretendo serlo;

Más bien

tiendo a lo áspero

Áspera

como la corteza

de un pimiento viejo. 


Y así

constituida

por una arcilla atravestada

raspo

ortigo;

Me clavo a mi misma

un pedazo de mejilla.


lunes, 16 de noviembre de 2020

herradura

El mar, las aguas saladas fueron y son encerradas. metafóricamente, en una herradura. A su alrededor, las casonas de lxs blanquitxs adineradxs, se observan fijamente con las casas de las tomas, ubicadas en el otro lado de la ensenada.

No es sólo una vasta masa de agua lo que produce distancia entre ambas realidades geopolíticas; la extensión de los procesos coloniales ubica a unxs de un lado y a unxs del otro, aunque en algún momento todo se entremezcla. El antagonismo de clases no es un fenómeno aleatorio. 

Y así, como nada es absolutamente espontáneo bajo las dinámicas de explotación capitalista, las aguas y su fuerza retorcida y variable, son canalizadas para la producción de capital, incluido el turismo. ¿Nos queda, acaso, algo más que sal y carbón en el cuerpo? Las casonas, visitadas y  mantenidas casi todo el año por la servidumbre del patronaje turistico, se iluminan fuertemente cada verano; de sus ventanales se emana el fulgor de miami sudaka; también se refleja la cruz del milenio: estructura metálica y grisácea, emplazada en lo alto de los cerros periféricos. La joya de hierro que nos recuerda cuán colonia seguimos siendo y cuán colonizada está nuestra subjetividad.

 ¿Y qué viene después de la cruz y las casonas? 

El tren de CMP y sus ferrovías; también sus cúpulas abiertas y la carga de hierro refinado. El paisaje megaindustrial coordina, simultáneamente, las actividades del progreso... la cruz; los grandes edificios sobre las dunas; las casonas y sus vidrios; el puerto y la circulación de mercancías. 

Los engranajes de la maquinaria, se retroalimentan nitrogedamente y la muerte es de múltiple causal.

domingo, 15 de noviembre de 2020

hacia dentro

 Me estremezco; todo me palpita de forma aguda y desesperada. A veces, sólo quiero apagarme como una brasa pequeña y solitaria. Apagarme con un poco de saliva; desinflamar provisoriamente esta herida... Caer al agua que está dentro de mí... retorcerme hasta invertir la carne y dejar expuesto el dolor y su composición imprecisa.

Masticaría el sol de la mañana; aferraría a mi cuerpo el calor y el destello. Me gustaría pulverizarme como ceniza; sostener el derrumbe con las manos heridas... pero no puedo; justo en el borde, me niego la posibilidad de extinción. 

Y vuelvo a soñar y todo vuelve a reventarse.

Sigo aquí.


miércoles, 11 de noviembre de 2020

el fuego ardía, antes de que el río dejara de sonar...

 

Cuando pienso en el fuego

Me gustaría que partiera

Desde abajo

Hacia arriba.

Desde el rojo sangre

Hasta la estrella de cinco puntas

Anclada en el azul patrio.

 

El fuego

Arde en el horizonte

Y la paz neoliberal

El pacto colonial

Del patrón y su inquilinaje

Pretende apagarlo

Con la firma del protocolo.

 

En mis sueños

El país tricolor

Se inflama

Se revienta como una brasa

Bajo el follaje de eucalipto.

 

¿Y qué viene ahora?

Ahora

Porque es ahora

Que los consorcios

Definen el rumbo

De su especulación;

Porque es ahora

Que nos configuran

Como megafactorias

Creadoras de los insumos productivos

Del mundo nuevo.

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¿Cómo viene el agua

Después del cerco hidroeléctrico?

                                                                                                                         ¿Vienen las aguas, acaso?

 Escribo cosas inútiles, negables para mí misma y no sé cuál es la diferencia entre la virtud y el defecto; la noción de lo verdaderamente p...