Los jilgueros de la infancia murieron. Había ríos diseminados, entradas y salidas cubiertas de pimientos ancianos. La edad es un espacio de animales oxidados.
No busco, encuentro; porque sobran los ojos y las bocas sedientas. Me doy y me dan y voy volcándome en la noche que muere y brilla como un hada despellejada.
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