jueves, 24 de noviembre de 2022

espacio dentro de la caja

¿Cuál es el motivo de mi sentimiento hacia tu frialdad fascinante, mi apego a tus momentos dónde te muestras como un árbol torcido? No puedes solucionarme, dotarme de rostros embellecidos por la -vida y sus dones-. No puedo emplumar o transfigurar mis -desmediciones-, mis arranques de loca a plena luz del día; los días rotos por palabras y gestos lapidarios que lanzamos como quien juega con cuchillos. Ahora mismo o en las ferias o en escaleras arrinconadas detrás de los muros, no puedo decirte que te quiero, que me folles o que abraces al fantasma y sus horas transparentes, porque no es exactamente lo que quiero. Lo que requiero, necesito, es estar absolutamente sola, inventarme otra tierra donde vivir y morir, al unísono. Saber que estos pies y esta tristeza y mi pasión desmedida por el misterio, son mi alimento. Vivir sin la condición de amar espectros y cosas. 

¿Te quiero? ¿Quién eres? ¿Qué o porqué los acontecimientos están arrestados por dos signos invertidos? 

Nada, nada... ni la sombra. 
Ni el café amargo a primera hora.
Ni los cigarros humeando las palabras.
Ni la imposibilidad de llorar.
Sólo el animal, estados del cuerpo y sus perecimientos, la eventual oxidación.

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