martes, 12 de noviembre de 2024

Bar < El mismo >

Al caminar, dando pasos densos, algo me lleva a una imagen. 

En la orilla, un pez se retuerce para encontrarse con la mar, con su espuma, la efervescencia; desesperadamente ocupa sus aletas como abanicos sin estructura. En el agua, un veloz ser alado. En tierra, un foráneo, un moribundo asistido por el sol y la asfixia.

Me calmo, pienso que sólo es otro día fuera de sitio.

¡todas las horas me sirven como excusa para morir! ¡de sed! ¡de no comer nada más que bocanadas de impuro aire!

/ debería asumir mi desproporción /

Todos se parecen un poco a ti y algo mío,  los persigue, los confunde y da los pertinentes pasos hacia atrás,  el respectivo repliegue de mi carácter  < dócil y complicado >

Qué  tonta aferrarme, ya no se de qué manera, a esta forma de afectación. Mi jardín, solo en la memoria. ¿Los pájaros? en bandada, poniendo su breve pecho colorado a favor del sol. Un encuentro. 

Cierro las ventanas que pudieran darme paso. Afuera, yo, sin el cuerpo para entrar en el campo del amor.

Aprende y/o desarraiga tus claves mas hondas, es decir, hasta la forma de articular luna o morada o jardín lleno de ajenjos plateados. Lo demás, lo dicho, será  reinterpretado, incluso  la soledad del perro en la esquina o la planetaria calentura de los suelos.

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