miércoles, 4 de enero de 2023

Llevo muchos días sin medicación por falta de plata y recetas. Cada día es peor, cada día se expresan en mi cabeza terrores demasiado profundos, todo está alambrado de púas, sobre todo mi garganta y mi pronunciación. Me quedo en un silencio que solo es silencio por mutismo y no por otra cosa. En mi cabeza hay cosas horribles, cosas contra las que no puedo sin medicación. No sé si seré una adicta, pero esto es algo que realmente nadie desearía para sí. Esta demolicion de toda alegría posible. Subidas de presión, palpitaciones, encogimientos y expansiones del cerebro; sudoración intensa, dolor en la garganta y en la espalda, las caídas al piso; ahogos, la vergüenza y el temor a llorar. La cara tensada completa. Sentir como se van estirando los pliegues cuando intentas suspirar en medio de esa nada aterradora, ese país que, como cualquier otro país, se instala con una guerra a plena luz del día en tu cabeza. No puedo de esta forma.

No más dormir
sino que agotarse entera, vaciarse de toda fuerza y de toda resistencia

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