la mirada del pájaro
tampoco el recuerdo
de las plumas
en su cuello
arremangándole la garganta
como pañuelo de muerte
Si
no retengo
el movimiento
aquella sobrevivencia lánguida
entumida
como una fractura en el pecho
Si me quedo
sólo con su último aliento
con la exhalación premonitoria
del último pulso
Si añado a mí
la mecánica del deceso
del desuso
de sentirme
hastiada
concluyo
entonces:
El pájaro
que hay en mí
se deshace en agrura
arremete contra las paredes de mi voz
y no recuerdo
el silbido
el canto del ímpetu
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