sábado, 3 de abril de 2021

Cortejo Fúnebre

 El zorzal, en este día de otoño relativo; de bruma agujereada; se ha vuelto silencio. Hoy la madrugada no evoca pájaros, balazos o imprudencias vehiculares: es este silencio totalitario, una quietud exasperante. Y el hambre, la angustia, la muerte, se enuncian, televisadamente, como errores de traducción; pequeñas irregularidades del orden. Y dicho en retórica abstracta, los errores - esas fallas a corregir - no tienen nombres; tampoco rostros o localizaciones. Cuando se habla de alguien de este lado, es como si se hablara de la nada. Es como cuando se habla del desierto: es una zona inhóspita, tan infértil. Luego, viene la minera a empacharse de sol y cobre. 

Aquí las cosas van igual. Este trozo de mundo es una repetición indefinida: la misma angustia soterrada; la misma policía; la misma obediencia. Lo nuevo, las gaviotas recién nacidas, agolpadas en palmeras viejas. No sé qué decirte, qué decirme. No sé cuánto más aguanten los pájaros que quedan del verano

 

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 anda a mear otro poste, perra aparecia