miércoles, 30 de abril de 2025

Si te sorprende mi distancia diminuta, a segundos de tu - sueño profundo -, aclaro que es porque escribir, más allá de una necesidad emocional o intelectual, es un - obrar permanente -. La escritura es mi paréntesis, mi rompimiento de tensión. Aquí hablo, pido a la nada, señalo o comunico. Estás en mí cuando lo hago, conservando nuestra independencia, parcial y necesaria. No es contra ninguno de los dos, es contra la ronda que hace la muerte en mi cabeza. 

mes

La noche no aúlla 
no quiebra las tensiones

Si pudiera
ahora mismo
diría <qué animal me come la voz, quién puede detectarla y además devorarla>

Error en la fecha de nacimiento
Error en la capacidad comunicativa
Error en los abrazos lánguidos y confiados

¿dónde la exactitud? ¿la simetría?

El corazón
es un pequeño insecto
es un pequeño vacío 

Hay muchas maneras de encontrarte, Alicia
muchas maneras para no volver a este lado del espejo



jueves, 24 de abril de 2025

Cruzando la reja oxidada y desprendida, entro a un pequeño y viejo invernadero. Es una jaula de flores, vaciada de tiempo, con piletas y bancas comidas por el musgo. Aquí las plantas son dulces pájaros, trepadoras estructuras. En el medio, una cúpula con el cielo completamente despejado, abierta en todo su radio, a la que se puede llegar mediante escalera. Es un bello lugar para disponer esta desdicha floja, impotente. Regarla, alimentarla con míseros rayos de luna, tomar sus manos y señalar < es momento de asumir la imposibilidad, de decir miedo cuando es miedo y llorar a media noche >. Miedo o confusión. Es grato pensar en el ganso enfermo y en su vasta compañía. Un ave acuática sin sus plumas impermeables, humedecidas y pesadas, nadando contra o a favor de su propia enfermedad. Es agua, rápido, frágil. Esa fuerza y esa fragilidad, constituida en el cuerpo, es lo que organiza este llano momento, esta desazón cronificada y la disparidad de las máscaras. 


domingo, 20 de abril de 2025

todas mis gatas muertas viven en mi garganta

Encontré la fuerza
dos fuerzas desconocidas 

No llueve, no tiembla en las palabras..
Encogidas mis formas expresivas,
todo es un área plana, limitada.

La dirección del agua, innumerable;
es en picada, a contracorriente del viento y las piedras;
a favor de la caída, de la fusión.

Hay agresión en la < soledad congelada >
tú en mi sol acuático, líquido
sonriendo mientras el día descorre sus cortinas;
yo
mi muerte enmudecida
mis gatas muertas, atoradas en la voz.

Habrá lugar
no lo sé
Habrá agua
no
Habrá pirca
sólo si puedes reconocerla

Lo que entiendo
es que desciendo y cruzo y sigo los pasos de una araña enérgica,
olímpica
y caigo y las caídas no se hablan
son color
puntada
hueso aparecido.

Mañana,
laureles blancos
lápices de madera
robos pensados, encomendados a los dioses.

Mañana 
todo es marengo
sombra de mesa vacía
calor
y tú, tú en mí como un animal solar
ardiente
y periódico;
arrasador de mí contra mí.

sábado, 12 de abril de 2025

quieres arrancar campanas de coral

 Como lobos en la nieve, correrás, padecerás la soledad en la manada; rasgarás árboles mancomunados en la noche, abrazados al viento. Tienes miedo. Pánico. Los tristes harapos, esa vieja costumbre de limpiar el piso con tu nombre. Hay perros en tus ojos, también tordos y cabrillas. Nunca mencionaste <ecología coja, depresiva, incolora>. El desierto es una gran aventura pictórica, coreográfica: da saltos, de estación en estación, a todas las posibles numeraciones cromáticas. Los Pumas azulados, cruzando la sierra con hambre en los ojos. Qué extraña tecnología, cuerpo árido, artefacto o artesanía. Tendrás fe en la noche; habrá luz en los cerros y en los botes, motorizados y electrificados por la luna o por petróleo o impulsados por toninas plateadas. Ellas tienen la tarea de impulsar la sal, ellas tendrán la sed necesaria para hacerlo. Qué hermosa será la tarde, con té fresco de durazno, píldoras, encogimientos. Habrá llanto desmedido, vocales extras, abecedarios largos y porosos momentos de descanso. ¿A quién? ¿carta? ¿desierto? ¿dónde vive tu palabra? ¿en el cuerpo, en el contexto, en el trino de los guarenes que engañan a los pájaros? 

Más tarde, tras larga cabalgata sobre mula, notarás el cuerpo raso, transportable. Serás agua, desolación de indio viejo. Querrás beber de la vasija, estará vacía. Estará vacía porque no reconoces el agua. Los tiempos cambian. Los tiempos cambian. Los tiempos cambian. ¡Qué matadero de quebradas! allí continuarás diciendo < no debí romper mi hielo >. Estarás ojeroso, precioso, hecho de plumas de Caracara y te colgarás a la luz y los interruptores tendrán erecciones y sufrirán dulces y amarillos espasmos. La voz es un espasmo. Tu vida, trop bon. Demasiado para ser real; muy real para viajar de un idioma a otro. El desierto es un idioma. Una lengua enroscada. Algo esconderá cuando se retuerza. Estarás cerca del mar, valiente, perecedero. Intentarás llamar, marcar el número, contestarás tú mismo; te dirás nada, dirás que puedes entenderlo todo, saborearlo todo. Cuando la iluminación decae, se difumina o dilata, entran pequeños espíritus locales. Te comerá el aluminio, la parafina, la sal. Tendrás sueños con muertos bien vestidos, le dirás ancestro al desconocimiento. Ancestro es una comida. Tierras carbonizadas, hundidas; geométrica y geológica tristeza. Píldoras para la sofocación. ¿Estás sofocada? ¿quieres sentir amor? ¿quieres protección? no, no, no. Quieres. Solo eso. Hay manifiesto de la contradicción. Puedes plegarte a los muros, ser y dejar de ser en la sed; convertirás la estafa en magia, en una <poderosa área del transformismo>. Hay caminos que destruir. Tomar las riendas es quedarse inmóvil, suspender para siempre o para nunca o para nada toda actividad. Tendrás miedo, pánico, alegría. ¿Cómo es que se tiene? ¿se alberga? ¿harás en ti un apart hotel de lujo para tus impotentes impotencias? 

Solar. La única energía solar terrestre que existe no es solar. No hay necesidad de repetirlo. No serás un lobo en la arena, acostado en severas yaretas. La ciudad es iluminada, palpita, jadea, muere y renace en su seno. Los cementerios son alegres pasadizos, arbóreos escondites. Tu mirada, una medusa rosada y asfixiada. Te gustará el golpe, la cachetada, las palabras. La ciudad tiene palabras y no las tiene. Correrás mansas avenidas; habrá ojos en las alcantarillas mirando la calidad de tus dientes. Nadie medirá tu honor singularizado. Estás hermoso, pobre, irregular. Murciélagos, con ellos harás alianza cuando la noche sea sólo polvo y taquicardia. Fumarás, expulsarás edades, asociaciones precarias, montículos de piedras llanas. No sabes construir pircas. No sabes la ciudad. ¿Y para qué? ¿y con quién? ¿para qué la fe? creerás de todas maneras, construirás un escuálido motor. Llegarás del trabajo, porque siempre se llega de algún lado, a un lugar que no es el cementerio. Los ojos brillan esta noche, como azulejos recién pulidos. Bailarás tango pero sin saberlo. Tendrás la última palabra, aunque no puedas reconocerla. No hay uso del lenguaje, no cambiaste nada, no pudiste porque eres dulce, combinación fortuita. Esta noche un mirlo será el que te abandona. Tendrás breves compañías, pero un mirlo dirá adiós dentro de tu boca. Está en la ventana. La noche es negra y azul. Nunca más es esta noche negra y azul. 

jueves, 10 de abril de 2025

hablar de la sed

Alguien me ama
es puerta   agua     sed
enojo   perrocallejero

Oigo voces en las campanas;
voces que ruedan a la orilla.

Excentricidad
¿cómo nominarme, sino lluvia ácida y copiosa? ¿desértica abundante? ¿hierba inútil y virtuosa? ¿geografía hundida?

aves y ansiolíticos

No sé dónde forja mi corazón su latido,
si mi fé es vidrio o agua;
si conoceré, brevemente, la transparencia del toro; la orfandad de la sed.

Las cosas remecidas; pateadas como las piedras en la ruta.

Ventanal. Mi cuerpo desnudo en el centro. ¿Quién es la que habla? ¿cuál es su temperatura? ¿color? ¿carácter?

Es una tagua, fornida en soledad...

Puedo ver la marca las estrellas cansadas, repartidas como un puñado de sal sobre la noche La mesa está vacía porque alguien toma todo y lo ...