lunes, 6 de enero de 2025

No soporto nada. Esta pequeña porción familiar que mantenía, con cariño y dedicación, también ha comenzado a descomponerse. Quizás sea la hora de recortar todos los rostros de las fotos. O recortar el mío, quemarlo, sacarlo y expulsarlo a un lugar líquido, una estancia de peces que me aman. Llevo horas acostada, inutilizada por mi propia mano. Mi propia mano sería esta depresión o ansiedad o cualquier tontera incomprendida. Suena reggae brasileño. Yo odio. Soy toda odio, repulsión sin eje ni radio; disparatada. 

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