En otro momento, no habría realizado el ejercicio de desarticular las intenciones, las experiencias que me llegan como mensajes que codifican mensajes interiores. Luz y sombra. No habría visto el matiz, la densa y amplia atmósfera del amor romántico instituido en la consciencia, en la subjetividad, en la fuerza deseante. La verdad, esta breve verdad, es que no puedo sacarte de mí con total desparpajo, con enojo de alta pureza. Me retiro, me saco de ti. Tienes las palabras adecuadas. Te falta conflicto, perder el pánico y eso no puedo transmitirlo. Son tu momento y el mío, dos elementos hechos a la medida de nuestra configuración o desconfiguración emocional.
Yo tengo que seguir el mismo camino que los animales andinos. Sobrevivir en una parcial soledad. Sobrevivir contra todo lo que signifique < ahora, aquí, me debes algo > . Ni la carne ni el espíritu. Mi altar es secreto y está en todas partes.
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