En otra ciudad
la totora lejana y despeinada por el viento
se asoma en el sueño
Las taguas y la oscuridad de Huasco Bajo, pueblo de pocos y muchos, de medidas desafinadas, imprecisas
Cerros de arena, cumbres evaporadas por el sol y el pastoreo de los guanacos salvajes
Algo habla en medio del viaje
a través de la carretera y sus luces siempre en despedida
ahí va nuevamente
a trazar el río desmemoriado
Nadie escucha
Noche en nieblas antiguas
Noche que brota luminosa y liviana
Se siente adecuado ir deformando los relojes aprendidos
Las ferrovías abandonadas con su tren lunar
Espera
a ver si aprendes a doblar los espejos
mientras alguien viene
y te ofrece perlas
y vejez
y no cálculos emparentados con el tiempo
No hay comentarios:
Publicar un comentario