con ojos que oscilan y brillan y tienen parentesco con la divinidad
había un sueño
un sólo sueño qué era el sueño de la piedra que ve los cardenales crecer
crecer en medio de la sed
con el sol a ras de piso
Ese sueño
Esa bestia que dispone sus grandes proposiciones
El rubor en la mejilla
Lágrimas de carbón que caen
como tórtolas entumidas
parasitadas por el don de volar y no irse
Los porqué
El queísmo al explicar las cosas
inertes hermosas dolorosas impertinentes
No todas las flores pueden crecer
dentro de un frasco con agua
Algunas palpitan al sol
y giran su cuello cuando la noche
es un pájaro hambriento y desconocedor
Ese pájaro de cordillera
que entona la muerte desde la cima
más arriba del cerro
más arriba de la muerte y el cielo
allá en ese lugar donde las plegarias
son peticiones evaporadas
execradas por la complejidad de decir
y no decir
Algo suena
Algo vive y muere entre las palabras
Algo anuncia el gran sentido del pájaro
cuando la noche cae muy abajo
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