domingo, 22 de agosto de 2021

espina 2

 

Y esa patudez, aquella valentía repentina que le surge a los cuerpos bien portados cuando nos exhiben como tema de conversación. La inspección ciudadana no sólo atañe a temas judiciales, laborales, familiares; sino también biopolíticos; quieren saber, husmear; examinar con lupa qué compone tu entrepierna: para saber cómo no meas, cómo no culeas, cómo se te hacen difíciles o fáciles, según ellxs, ciertas actividades que conciernen a aquella zona delimitada como genital, cuyas fronteras son difusas porque es precisamente ese reducto del cuerpo el que, luego de rigurosos exámenes, determina los nombramientos, las utilidades y los límites generales. Y lo peor, es que te lo exigen gratuitamente; con elocuencia médica y más encima, aunque me importa nada,  una vez encaradxs, amparadxs en el campo de los consensos, se hacen lxs ofendidxs; descargan su culpa; su inocua curiosidad. Si son tan aprendices; tan lectores del cuerpo; tan barzas porque nos enrostran nuestras intervenciones químicas, el desplante travestoso, la bisutería repartida y ellxs, tan desinteresadxs de su propia experiencia, ni siquiera recuerdan cuán intervenidos están toooodos los cuerpos que habitan en zonas intensamente contaminadas como esta y no se inmutan con el níquel y el vanadio anclado en sus órganos, con ese cáncer proliferando aceleradamente en los pulmones; con la alteración metabólica; con la anosmia – pérdida total o parcial del olfato- que aquí se produce, desde muuucho antes del COVID-19,  por la inhalación intensiva de PETCOKE, residuo sólido de petróleo ocupado hasta noviembre del 2017 como combustible de las 5 termoeléctricas buenas vecinas residentes en Huasco. Esas chimeneas, aquél tren que viaja y viaja como un pasajero confundido, como aporte paisajistíco diría El Gerente, tiene paradas de descarga en todos los cuerpos. Aquí el cirujano es CAP Y GUACOLDA. Las empresas son las encargadas de diseñar qué se elige, qué se descarta, qué se desea, cuántos pulmones se ofrendan, cuántos cerros se perforan. Y la fosa común se va quedando chica y el negocio funerario cada vez más rentable y las patuas cada vez más preguntonas y no se dan cuenta de su disfraz; ese alisado permanente, esas pestañas encrespadas, ese calzón o bóxer, ese pelito rapado o se dan cuenta pero qué les va a importar si pueden intentar cagarle el día a alguien más pero no pueden porque ese veneno no es veneno sino agüita bendita con un par de moscas muertas.

1 comentario:

  1. Que se mueran lxs tecnócratas del cotidiano, muchos años que ya conocemos como funciona su turismo.

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 anda a mear otro poste, perra aparecia