sábado, 18 de julio de 2020

picaduras de zancudo


Picaduras de zancudos
Como colinas moradas
Sobre los tobillos.
Azulejos hechos de polvo
Cielo de azucenas
Pálidas y plásticas.

Una pieza
Reboso de penumbra indisoluble.
Un velador pequeño
Arrinconado en la
Sombra
Y sobre él
Aros de óxido
Un monedero tornasol
Quizá un cenicero improvisado
Y tosco.

Desde dos cuerdas
colgadas
De extremo a extremo
Se desprenden
Escrituras del desorden
Guantes de cuerina negra
Buganvilias secas
Sin rastro de nervadura.

La estatura del cuarto
Se infiltra por los agujeros
Del techo
Es un crecimiento inadvertido
Una altura improbable.

Este cubo
Impreciso en sus caras
Retiene el frío.
Lo coagula
Como signo de tumba
En sus entradas
Y esquinas

Aquí
La soledad es húmeda
Y se advierte
Por entre los bordes de la puerta
Un atisbo de afuera
Una huida
Un pulso bullido.







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