sábado, 4 de enero de 2025

Esta diluida la sensación, cómo es posible, me pregunto. Grandes cerros; zarapitos en la costa. La costa de mi amor. Ya no dibujo rostros en la arena, con sonrisas luminosas. Pero tengo algo que podría brillar, brillar en el sentido de los astros. Qué dulce es finalmente la distancia. Vuelve el sexo, las novelas largas. Muchas palmeras. Besos debajo de la niebla, frente a la iglesia. En los cañaverales, el sexo ardiente, oscuro; también el llanto, las cosas perdidas, el antiguo rastro. Te amo mi amor animal, mi amor escondido siempre en el fondo del río.

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