Yo, en mi rincón, disfrutando lo amplio de los muros. El jardín es precioso, interior; pareado por un viejo y sensible adobe. Los murciélagos oscilan sobre la casa. La noche tiene mucha sangre para la experiencia.
Quizás, este es un jardín secreto. Quizás, ella sepa correr la voluptuosa hiedra sobre las paredes.
Madrugada. El conejo corrió rápido entre todas. Buscaré el muro, a la Herrera. Toda la noche en el brillo de trópico de las monsteras. Yo, besando húmedos petalos húmedas palabras.
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